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Pues como estamos en la Semana Negra que se celebra en Gijón que mejor momento para mostraros la entrevista que Angi le hizo a Luis Gutierrez Maluenda, autor de la novela Una anciana obesa y tranquila. Novela negra donde las haya. ¡que disfrutéis!

Pasaron más de cien años desde la toma de Granada hasta su expulsión. Pero sí es cierto que es un hecho muy poco conocido, que no se estudiaba en los colegios, como se estudiaba la expulsión de los judíos. Ahora, coincidiendo con el cuarto centenario están apareciendo algunos artículos en prensa. Pero de no ser por el centenario, seguiría siendo un episodio histórico realmente oscuro y cruel de la historia de España. ¿Por qué no es conocido? En la época franquista se alardeaba de tener buenas relaciones con los países musulmanes, quizá en ese momento se intentó ocultar este periodo de la historia. Se ha hablado en alguna ocasión de la posibilidad de facilitar la nacionalidad a los descendientes de los judíos sefardíes que fueron expulsados de España. Con los descendientes de aquellos moriscos, mucho más cercanos, no se plantea lo mismo.
MINISTERIO DE CASOS ESPECIALES


sobre todo por parte de los cristianos contra los musulmanes. Ejecuciones, castraciones, mutilaciones, que el autor ha retratado sin adornos y que en ocasiones nos arrancan un gesto de repulsa y asco. Aunque según él, aún se contuvo y las más “fuertes” no las ha descrito.
EL DON DE LA LLUVIA.
palabras como: zazen, kokyu (respiración), ukemi (técnica de caer de forma segura) o tanden (centro del ser).


Reseña realizada por Celia Santos.
Cualquier resaca es dolorosa, o cuando menos molesta e incómoda. Pero la resaca del amor es quizá de las más largas.
Como ya hizo en su anterior libro, Tratado sobre la resaca, donde nos ilustraba con las diferentes formas de afrontar el día después de una buena cogorza, en esta ocasión Juan Bas nos ofrece diferentes formas de afrontar el desamor, o la “resaca del amor”.
Es difícil clasificar este libro. No sabría decir si se trata de un ensayo, una crónica, un manual… Lo que sí puedo asegurar es que aquel que lo lea tiene la carcajada asegurada. Como ya ha demostrado en anteriores obras, como “Alacranes en su tinta”, el autor hace gala de un humor negro como el carbón y de un sarcasmo únicos. No tiene inconveniente en reírse de sí mismo, contando algunos de sus propias experiencias, que cualquiera escondería en lo más recóndito de su ser.
Con un tono que pretende se neutro, pero en el que se adivina el sarcasmo, nos explica casos como el del hombre que tras ser abandonado por su novia, decide cambiar de sexo y hacerse operaciones de cirugía hasta parecerse a ella, o el de aquella otra que disecó a su marido al morir.
Y atención especial a los pies de página que no tienen desperdicio como el que dice que un camarero en un bar de Sevilla hablaba también de algo sobre una cuerda y un parroquiano le preguntó que una cuerda de qué clase. A lo que el camarero respondió: “una cuerda normal, de las de ahorcarse”.
Abundantes guiños al cine y la literatura, y algunas obras de ambos géneros inventadas por él, pero que hasta que no llegas al final del libro no lo descubres, ya que lo cuenta de tal forma que te la comes con patatas. Al menos a mí me pasó
Si sufres de mal de amores, quizá puedas identificarte con alguno de los casos que nos cuenta el autor, o quizá puedes aportar algo al peculiar estudio que Juan Bas ha hecho de esta “dolencia”.
A pesar de que uno de los personajes desvela el motivo de los sueños de Lino, al lector le queda igualmente esa pequeña duda de ¿y si hubiera algo? Juegas un poco a la ambigüedad.
Sí, me gustan los personajes un poco ambiguos. El que quiera pensar que hay algo más, ¿pues por que no? Trato el tema de la reencarnación pero no me posiciono. Aunque sí reconozco que hay una parte de parodia, cuando hablo del grupo de Marsans, que reúne a la gente y que es un cara dura que lo que quiere es sacarle partido a todas estas creencias. Creo que si hubiese explicado ese hecho con detalle, literariamente no hubiera funcionado. Además, es el lector el que tiene que rellenar los huecos y hacer suyos todos los personajes.

Frikies los hay en todas partes. Aquí los vampiros, muy de moda, promocionan la novela Trueblood, con sangre en lata incluida. A Guti le llamaba el lado oscuro.