domingo, 28 de septiembre de 2008

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS.


Título original: The boy in the striped pyjamas
Autor: John Boyne
Editorial: Salamandra
ISBN: 978-84-9838-079-8
Nº de páginas: 219












Director: Mark Herman
Guión: Mark Herman / Johan Boyne
Música: James Horner
Fotografía: Benoît Delhomme
Reparto: Asa Butterfield, David Thewlin, Vera Farmiga, Rupert Friend




Bruno es un niño de nueve años, hijo de un comandante nazi que tiene que abandonar su casa y a sus amigos en Berlín para irse a vivir al campo ya que su padre ha sido ascendido y ahora tiene que dirigir el campo de concentración de Auschwitz.

Sin amigos ni nadie con quien jugar, Bruno decide explorar los alrededores de la casa buscando algo con qué entretenerse. Un día descubre una enorme alambrada donde todas las personas que hay al otro lado van en pijama. Allí, al otro lado de la verja, conocerá a Samuel, un chico de su misma edad con el que entablará una preciosa amistad.

A través de los ojos de los dos niños, conoceremos el valor de la amistad, y la inocencia, y hasta que punto puede llegar la barbarie humana.

Novela del autor irlandés John Boyne que se ha convertido en un fenómeno literario vendiendo millones de copias en todo el mundo. Y su versión cinematográfica dirigida por Mark Herman (Little voice, Tocando al viento) que va por el mismo camino.

Como avezada lectora, yo también he leído el best-seller de John Boyne y evidentemente, acabo de ver en el cine la película basada en la novela.

La frase inevitable en estos casos es “Me gustó más el libro”. Una vez dicho esto, me gustaría ofrecer mi opinión.

La historia en sí, es otro punto de vista diferente sobre el holocausto nazi contra los judíos. Dos niños de nueve años que no saben qué está pasando a su alrededor. Sólo saben que quieren jugar juntos y que no les es posible porque hay una alambrada que les separa. Esa sería para mí la idea básica. Lo que tienen alrededor es añadido.

El autor nos ofrece en una bandeja la inocencia y la pureza de dos criaturas que a lo largo de la historia nos va mostrando cómo esa inocencia se va mancillando, contaminando con la vileza de los adultos y del mundo que les rodea y que ellos aún no entienden. Personalmente ese ha sido el mensaje que yo he recibido de esta historia.

Lo más llamativo, el cruel desenlace de la historia que tanto en el libro como en la película produce un gran sentimiento de impotencia.

Aunque se le ha dado mucha importancia al hecho de que se desarrolle en un campo de concentración nazi, creo que eso es secundario. Bien podría trasladarse a cualquier época o lugar; simplemente intentemos ver a esos dos niños en Palestina, en los Balcanes durante los años noventa, en la frontera entre México y Estados Unidos, o en la verja que separa Marruecos de Ceuta. Lo que esta historia nos intenta mostrar es la importancia de la inocencia infantil y el poco valor que le damos cuando somos adultos. Y aunque haya historias como esta que nos quieran tocar la fibra sensible, una vez cerramos el libro o salimos de la sala del cine, volvemos a ser adultos y olvidamos a Bruno o a Samuel.

¿Qué opinaría un niño de nueve años, la misma edad que los protagonistas de esta historia, si viera esta película? Sería interesante saberlo.

No podemos comparar una novela con una película, y menos en este caso. Hay cosas que se pueden perfectamente describir en una narración y que a la hora de darles vida en la pantalla es prácticamente imposible. Pero para eso están los recursos cinematográficos. La banda sonora de James Horner le da a la historia ese toque dramático que le falta, y los primeros planos de los dos niños expresan bastante bien los sentimientos.

Aunque sí es cierto que en la película se pierden bastantes matices sobre la personalidad de Bruno y el guionista ha tocado ligeramente la historia para encajarla en la pantalla. Aún así, lo que se nos ofrece en esta historia es ternura, amistad y reflexiones y eso nunca está de más.

martes, 23 de septiembre de 2008

LA VIDA SEXUAL EN LA ANTIGUA CHINA - R. H. VAN GULIK


LA VIDA SEXUAL EN LA ANTIGUA CHINA
Autor: R. H. Van Gulik
Editorial: Siruela
ISBN: 97884-7844-929-9
Nº de páginas: 602


Es inevitable: China está de moda. Tras el empacho de Juegos Olímpicos y todo lo que la cultura del país anfitrión de dicho evento conlleva, podemos decir que nos hemos acercado un poquito más a ese misterioso y milenario país.

Pues bien, para aquellos que quieran saber un poco más y conocer el lado más “íntimo” de los chinos a lo largo de la historia, aquí tenemos un interesante volumen donde el sinólogo holandés, R. H. Van Gulik nos descubre y da a entender la sexualidad de este pueblo a través de los siglos.

De forma cronológica, el autor nos va ilustrando levemente sobre la historia de china y las diferentes dinastía y cómo en cada una de ellas existían particularidades intrínsecas a sus mandatarios pero siempre siguiendo las dos corrientes filosóficas que han moldeado la vida social y el comportamiento de la cultura china: el taoísmo y el confucionismo.

Para diferenciar esquemáticamente estas dos corrientes daré las siguientes definiciones extraídas de la propia lectura.

El TAOÍSMO vivía en armonía con las fuerzas de la naturaleza y adoraba a la mujer por considerarla más cercana a dichas fuerzas.

Por otro lado, el CONFUCIONISMO desarrolló su propia filosofía, la “piedad filial” consistente en un estado patriarcal donde la mujer era considerada un ser inferior. Pero lejos de tratar a la mujer con menosprecio o repudio, este tratamiento se consideraba algo natural (no como sucedía con algunos sacerdotes cristianos medievales).

El libro nos habla, sobre todo de tratados de medicina y manuales de sexo ilustrados que eran los documentos en los que se plasmaban las prácticas sexuales, imprescindibles para la buena salud de los hombres y mujeres de la época.

Dichos manuales formaban parte del ajuar femenino. Normalmente se dejaban al lado de la cama, en el tálamo y se consultaban durante el acto sexual, entre otras cosas, para estimular a las mujeres tímidas.


Los tratados medicinales explicaban de forma técnica las prácticas sexuales ya que el hombre tenía que absorber la energía Yin de la mujer durante el coito. En estos tratados se explicaban prácticas como la de evitar la eyaculación, a no se que fuera estrictamente para procrear, ya que con esta técnica se creía que el hombre alcanzaría la inmortalidad, y la de conseguir el mayor placer a la mujer pues que se suponía que, a través del orgasmo femenino, el hombre podía absorber toda la energía Yin necesaria para el perfecto equilibrio de su cuerpo y de su mente. Cuanto mayor era el goce de ella, más energía, y por consiguiente más equilibrio conseguía él.

La mujeres eran educadas en estas prácticas y debían conocer todas y cada una de las técnicas necesarias para la perfecta unión. Ellas a su vez, debían educar a sus maridos. No en vano, en uno de los tratados estudiados por Van Gulik podemos leer frases como. “¿Acaso no es extraño que desde la antigüedad hasta el presente una pulgada cuadrada haya sido suficiente para que el corazón del hombre enloquezca?” u otras como por ejemplo “Un hombre inteligente construya potentes murallas, una mujer inteligente las traspasa”.

Para la sociedad china, una buena vida sexual era tan importante como la alimentación. A través de ella se conseguía la armonía en el hogar y la salud.

Pero un hombre tenía que satisfacer sexualmente a todas las mujeres de la casa (primera dama, esposas y concubinas) y a todas ellas debía darles el placer al que estaba obligado para mantener la armonía. La masturbación masculina estaba totalmente prohibida, no así la femenina o las relaciones sexuales entre dos o más mujeres de la misma casa, ya que así se evitaban problemas de celos y envidias y se conseguía aplacar los ánimos entre ellas. Ya se sabe que más de dos mujeres en la misma casa peleando por las atenciones de un mismo hombre tienen que traer problemas.

Este libro nos describe, entre otras cosas, múltiples posturas para el acto sexual, las diferentes formas del pene o la vagina, movimientos que la mujer debe hacer para mejorar el goce sexual, mujeres apropiadas o inapropiadas para el sexo… además de ilustraciones de diferentes épocas y magníficas descripciones. También podemos encontrar diferentes objetos o juguetes sexuales fabricados en jade, marfil o madera.

En general, pero sobre todo en la corriente taoísta, que prestaba mucha más atención a la mujer y sus necesidades físicas, trajo consigo una corriente de misticismo que, en diferentes épocas provocó grandes movilizaciones del pueblo chino. De hecho, durante el confucionismo, muchos de los manuales de sexo y novelas pornográficas, fueron destruidos por considerarse contrarias al pensamiento. En 1950, el régimen comunista, acabo con la secta taoísta I-Kuan_tao, publicando en un periódico prácticas que, según ellos, eran inaceptables, pero que en realidad formaban parte de una cultura de miles de años. De este modo se perdieron en China una gran cantidad de documentos dedicados a la sexualidad y sus virtudes.

Toda esta corriente “mística” sobre todo el taoísmo, se extendió por todo oriente, Japón, India… y ellos la desarrollaron adaptándola a su propia cultura y modo de vida.

En la actualidad, occidente está redescubriendo los beneficios de la sexualidad oriental a través de Tao, Tai Chí, meditación… prácticas que formaban parte, en la antigüedad de la educación y la práctica sexual. Podemos encontrar en las librerías una gran bibliografía sobre todos estos temas y, a buen seguro, algo aprenderemos de ellos.

Pero para empezar y conocer los orígenes de una forma amena y pedagógica, este puede ser un libro perfecto. Aparte de descubrir curiosidades simpáticas, leer cuentos eróticos y en definitiva, conocer el refinamiento oriental que nunca deja de sorprendernos.