jueves, 2 de julio de 2009

MINISTERIO DE CASOS ESPECIALES - NATHAN ENGLANDER

MINISTERIO DE CASOS ESPECIALES
Autor: Nathan Englander
Editorial: Mondadori
ISBN: 978-84-397-2147-5
Páginas: 380


Reseña realizada por Angi Sansón.


Nathan Englander, un neoyorquino de 37 años entró en la escena literaria hace unos años con un libro de relatos: “Para el alivio de insoportables impulsos”, por el que fue ampliamente alabado. Ahora, años más tarde, nos presenta su primera novela “Ministerio de casos especiales”. Englander nos sitúa en la Argentina de 1973, una Argentina convulsa y envuelta en el terror, desde la visión de un judío. La comunidad judía ingresó en Argentina, la mayoría de forma ilegal y muchos ocultando su identidad religiosa. Durante la llamada Guerra Sucia, los judíos fueron el sector de población que tuvo un altísimo porcentaje de desaparecidos.

Sin embargo, pese a lo trágico de su novela, Englander se desmarca y nos presenta una escritura llena de humor. No en vano le han comparado con Woody Allen, por el tratamiento de sus personajes y a Philip Roth, escritor judío que también cultiva el humor con un toque de mala uva. Pero donde se lleva la palma es en la acertada comparación que le hacen con Kafka y su novela “El proceso”, donde une lo surrealista con escenas sacadas de la peor pesadilla. Si hay una realidad kafkiana, esta es la presentada por Nathan Englander.

La desaparición absoluta y masiva de jóvenes, secuestros de bebés que eran entregados a militares que hacían desaparecer el pasado reciente de todos ellos y la quema de libros considerados subversivos por el régimen, son sólo unas pequeñas pinceladas de los horrores que la dictadura argentina “inventó” para crear una nación incuestionable, creando un “ser nacional, occidental y cristiano”.

Pablo Poznan, al que todos llaman Pato, nació en el seno de una familia judía en la ciudad argentina de Buenos Aires. Liliana, su madre y su padre, Kaddish se verán inmersos en la crueldad más absoluta que a un ser humano se le puede infligir: hacerle desaparecer a un ser querido sin saber si éste continúa vivo o si, por el contrario, lo han asesinado. De este modo, niegan la posibilidad del duelo, del llanto; te mantienen entre la esperanza y el desvarío; quieres creer que está vivo porque no hay un cuerpo que enterrar, no hay señales para pensar una cosa ni la contraria. Lo único cierto es que esa persona ya no está.
Pato desaparece hasta de los papeles. Logran la desaparición total de un individuo. La familia quedará desestructurada completamente en el momento en que la madre de Pato se aferre a una incierta vuelta de su hijo a casa frente a un padre que conoce la cruel realidad: que su hijo jamás volverá. Sin embargo, Liliana seguirá sentada junto a la ventana de su casa para ver llegar a su hijo por la esquina de la calle, por donde siempre solía llegar.

Mientras leía la novela, me horrorizaba pensar en la terrible situación en la que se veían abandonadas miles de familias argentinas pero Englander, sin dar tregua al dolor y a la tristeza, me sorprendía con un sentido del humor que, incluso en esas circunstancias, conseguía arrancar una sonrisa. La divertida situación, por ejemplo, de la operación de nariz de Liliana y Kaddish en un intento de borrar el aspecto judío que ésta les confería nos lleva de inmediato a una profunda tristeza cuando Liliana se da cuenta que su imagen en el espejo ya no le devuelve la cara de Pato, su hijo. La nariz era el vínculo físico con él y ya ni eso tiene.

Donde la novela consigue llegar al culmen de la realidad mágica de Kafka es en el angustioso y asfixiante periplo al que Liliana se somete en el Ministerio de Asuntos Especiales. Frases como “vuelva usted mañana” o “se ha equivocado de ventanilla”, “usted tiene que hacer la cola del otro lado del pasillo” (después de dos días de espera) o “le falta un papel”, frases típicas de funcionarios que en la novela resultan más crueles y más lacerantes que nunca. Las personas que acuden a ese Ministerio son personas desesperadas que se aferran a algo que les conducirá a ningún sitio.

“Ministerio de Casos Especiales” es una historia sobre el terror, la impotencia y la indefensión, que se lee bien; es un libro tan judío como argentino. Novelas como ésta consiguen que la memoria de la humanidad no olvide, como las madres y las abuelas de la plaza de Mayo que agarran con sus manos listados donde aparecen el nombre de sus hijos, nietos o hermanos. En el caso que Nathan Englander nos ha presentado habría que añadir a la lista el siguiente nombre: PABLO POZNAN, SECUESTRADO-DESAPARECIDO.

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