martes, 16 de junio de 2009

EL ARTE DE PERDER - LOLA BECCARIA.


EL ARTE DE PERDER.
Autor: Lola Beccaria.
Editorial: Planeta.
ISBN: 978-84-08-08626-0
Nº de páginas: 340.

Reseña realizada por Celia Santos.

Lola Beccaria ha escrito novelas como Una mujer desnuda o Mariposas en la nieve entre otras. Con El arte de perder ganó la última edición del Premio Azorín.

Sara tiene cuarenta años y no está satisfecha con ninguna de las relaciones que ha tenido. Tras varios intentos con hombres a los que ha conocido en Internet, un día aparece en la pantalla del ordenador el perfil de Enzo, un hombre perfecto para ella. Pero las relaciones son difíciles y Sara tendrá que entender y aceptar las reglas del juego que Enzo le propone. Un juego difícil que ella tiene que estar dispuesta a perder.

Es difícil encontrar hoy en día una historia que se desarrolle en un entorno cotidiano y simple. En esta novela Lola Beccaria se lanza a la piscina y con dos personajes y un teléfono móvil, ha conseguido parir una novela llena de fuerza y simbolismo.
Si alguien me preguntase aquello de “¿de qué va el libro?”, sería muy fácil decir; chica encuentra chico en Internet, se lían y se mandan mensajes. Pero estaría en un error. En primer lugar, el lenguaje escrito es fundamental en la novela ya que Sara seduce a Enzo con las palabras.

Escrita en primera persona, la protagonista reflexiona sobre las relaciones, los sentimientos, los miedos, los riesgos… pero Sara es una mujer valiente que decide jugar el juego que Enzo le propone. Traspasa el escaparate de la oferta fácil y busca el producto de calidad, aquel casi imposible de encontrar, porque si ella utiliza las palabras, Enzo trasmite sus emociones con sus silencios. Pero Sara no desiste porque sabe que él no se ha ido, está ahí para ella, aunque en ocasiones esté a punto de tirar la toalla y rendirse. Cada señal de aviso de su teléfono móvil es un nuevo latido que dice más que las dos o tres palabras que contiene el mensaje.

Esta es una novela ideal para un debate, una discusión sobre qué haría cada uno/a de nosotros en esa situación. Leer las reflexiones de la protagonista es todo un lujo y un placer. Conseguir escribir casi un tratado emocional de un acto tan, aparentemente “común” cómo dos personas que se conocen por Internet, es todo un arte. Mostrar los sentimientos en la literatura no es fácil, pero hacer que el lector se emocione con los silencios es todo un ejercicio de sensibilidad.


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