domingo, 3 de mayo de 2009

ENTREVISTA A CRISTINA MORATÓ

Hace unas semanas, Plaza & Janés publicó Cautiva en Arabia, la biografía de Marga d'Andurain, una mujer aventurera, valiente y controvertida que vivió en una época en la que el espionaje estaba a la orden del día. Su autora, Cristina Morató, que ya había publicado títulos como Las reinas de África o Las damas de Oriente.

Estuvimos con ella y nos contó muchas cosas interesantes sobre esta increíble mujer.

Dices en tu libro que oíste hablar de Marga D’Andurain por primera vez en el mismo Hotel Zenobia. ¿Qué fue exactamente lo que llamó tu atención?

Lo que me empujó a escribir sobre esta mujer fue que hace cuatro años estuve visitando las ruinas de Palmira en el desierto sirio. Visité el hotel Zenobia y yo no había oído hablar jamás de esta señora. Pero después de visitar el hotel, donde se habían alojado ilustres huéspedes, entre ellos Alfonso XIII, Agatha Chiristie, que también había pasado allí largas temporadas con su esposo, el arqueólogo Max Mallowan, descubro al salir, que me dan una hoja informativa del hotel que indica que la propietaria había sido, durante diez años, de 1927 a 1937 una tal condesa Marga d’Andurain.
No decían el origen, no decían que era vasca, pero informaban que había sido amante de Lawrenc de Arabia, que había trabajado para él en la oficina de El Cairo y que había sido un personaje muy comprometido con la revuelta árabe. Una información que a mí me sorprendió mucho, porque cuando estaba escribiendo “Las damas de Oriente”, investigué bastante sobre la vida de Lawrence, leí mucho sobre él y el nombre de marga d’Andurain no me salía en ningún sitio.
Me extrañó que si Marga había sido secretaria del señor Lawrence de Arabia, no saliera su nombre en las biografías. Pensé que era todo una ficción, un personaje de leyenda y me olvidé de ella.

Cuando decides escribir su biografía, ¿por dónde empiezas?

A mi regreso a Madrid, vuelvo otra vez a escribir en un nuevo libro de viajeras de los años treinta, y de repente se me cruza que una de las mujeres sobre las que estaba escribiendo, había pasado su luna de miel en el hotel Zenobia. Se había quedado tan impresionada con la personalidad de la propietaria que le había dedicado un cuento corto oriental titulado Zainab.
Conseguí el cuento oriental, veo que hace la descripción de esta mujer, descubro que tuvo dos hijos; uno había muerto en el frente de Alsacia y el otro, Jaques d’Andurain había sido miembro activo de la resistencia francesa. Entonces dije: “Vamos a ver si lo encuentro” y sí que lo encontré.

Creo que fue su hijo él quién más te ayudó en la investigación y te proporcionó casi todo el material.

Jaques d’Andurain vive en la actualidad en una residencia de ancianos a las afueras de París. Es un hombre con una mente y una memoria privilegiadas, muy afable que además, tiene un libro, porque fue miembro activo de la resistencia francesa, sobre todo de los que comenzaron la lucha armada dentro de la resistencia francesa. Un hombre dispuesto a colaborar conmigo y ayudarme porque además, le hacía ilusión que fuera una española quien escribiera sobre su madre.
Le gustó porque yo quería plantearla como viajera y aventurera y no tanto hurgar en su vida más escandalosa. Creo que vio que yo iba a dar una imagen del personaje bastante seria y poco sensacionalista. Y creo que no se equivocó porque es lo que he intentado hacer.

Fue una mujer rebelde, con fuerte personalidad… ya de pequeña, tras varios colegios e internados, su familia llegó a someterla a un exorcismo porque no hacían carrera de ella. Con 22 años, en plena I Guerra Mundial, se fue al frente tras una temporada sin noticias de su marido. ¿Había algo que parase a esta mujer?

Fue su primera escapada, que ya fue una locura. Se va al frente de Verdum para saber si su marido está vivo o muerto. Cruza el campo de batalla tranquilamente y llega al destacamento donde está su marido y se queda allí con él. Esa fue su primara gran escapada. A la vuelta, en Hastingues, donde ellos vivían en Las Landas, en la casa de veraneo, todo el mundo hablaba de la gran epopeya de Marga d’Andurain en el frente. Era un mujer de armas tomar, sin duda.

Era una mujer nacida para marcar historia, pero no fue la única. Vivió en una época de grandes precursoras consideradas rebeldes, como Madame, Vionnet, conocidas por sus logros en la moda pero también por aportaciones al mundo laboral para con sus trabajadoras. ¿Se les ha dado a estas mujeres el lugar que les corresponde en la historia?

Madeleine Vionnet fue una de las grandes de la alta costura y que está a la altura de Coco Channel. Dentro de los libros de la alta costura francesa, el nombre de Madeleine Vionnet está muy presente porque además fue la inventora del corte al bies, hacía unos drapeados perfectos, unos trajes maravillosos y hoy en día incluso su marca, Chez Vionnet va a volver otra vez a salir al mercado. A una se la reconoció, incluso como bien dices, porque en el mundo de la alta costura, fue una mujer que, a diferencia de Coco Channel, que no trató muy bien a sus trabajadoras, ésta fue una mujer que sí que trató muy bien a su personal.

Lo que une a Marga d’Andurain y Madame Vionnet es que la cuñada de Marga, Susie Carpentier, trabajaba como premiere en los talleres de alta costura de Madame Vionnet. Por eso Marga siempre iba vestida con creaciones de Madame Vionnet incluso en pleno desierto. Esa imagen que podemos ver de ella con boas de piel y trajes de chaqueta impeclables se debe a que su cuñada, Susie, se los proporcionaba a precio de coste

Empezó sus negocios en la joyería y la decoración, pero lo tuvo difícil…

Ella abandona su Bayona natal, después de casarse con su primo Pierre d’Andurain e intentan buscar fortuna en Argentina pero no lo consiguen. Pero ella no quiere regresar a Bayona, lo que quiere es intentar triunfar en el mundo de la decoración y cree que lo va a tener fácil pero no es así. Lo intenta en París pero no lo consigue. Intenta fabricar perlas falsas, y consigue unas pelas maravillosas y de bastante calidad, peor el problema es que ella no podía poner una tienda porque una mujer de su entorno y clase social no estaba bien visto que trabajara, y mucho menos que tuviera una tienda. Entonces decide abandonar Paris y en 1925 pone rumbo a El Cairo

Y allí es donde comienza su verdadera aventura, pero tuvo muchos obstáculos, no tanto con la sociedad árabe, porque tenía muy buena relación con ellos, sino por la burocracia francesa.

Ella llega a El Cairo donde abre un instituto de belleza, Mary Stuart, que es una tapadera para lleva a cabo sus actividades de espionaje. Es allí donde se estrena como espía. Dirige durante dos años este instituto de belleza, donde entre sus clientas no solamente se encuentran la esposas de los oficiales británicos, (ella trabaja para los ingleses), sino también las esposas de los oficiales franceses. También se codea con la realiza egipcia.
En El Cairo asiste a las fiestas más selectas, su esposo y ella son miembros del Sporting Club, el más elitista de El Cairo. En un momento dado, en 1927 decide poner rumbo a Palmira donde compra el hotel Zenobia, que aún existe en la actualidad, al pie de las ruinas, en un lugar privilegiado, y lo utiliza como tapadera para seguir llevando a cabo sus actividades de espionaje.

Allí es donde tiene problemas con los oficiales franceses, con un pequeño destacamento militar con el capitán Gerardy al mando, empiezan los problemas porque estamos hablando de una mujer que quiere imponer su propia ley en un mundo feudal, un mundo de hombres. En aquella época no había ninguna otra europea viviendo en Palmira y empiezan los problemas porque ella provoca a las autoridades que ya la consideran una espía, ya que ella había asistido al hotel Zenobia acompañada del jefe de la inteligencia británica en Haifa, el general Sinclair.

Por otra parte están las comunidades de beduinos con los que ella tiene muy buena relación. Comercia con ellos, les presta dinero, por el que ella cobra después un alto interés. Le gusta la vida salvaje, pasa las noches en las tiendas beduinas

Hubiera sido bonito descubrir que fue amante de Lawrence de Arabia, pero en realidad no se conocieron.

No, Lawrence de Arabia y ella no llegaron a conocerse nunca, lo que pasa es que la prensa sensacionalista de la época llegó a decir muchas barbaridades sobre ella. No sólo no llegan a conocerse, sino que cuando ella llega a El Cairo lo único que tiene en común es que tanto ella como él trabajaron para los servicios secretos británicos, pero por fechas no coincidieron, pero eso no quiere decir que Laurence no oyera hablar de ella, pero en esa época Laurence ya estaba en Inglaterra.

Pero sí que conoció a Alfonso XIII...

Sí, al Alfonso XIII sí lo conoció. Quizá puso pasar algo, no lo se. Es un pasaje simpático, porque había estado recorriendo la región y pernoctó en el hotel Zenobia, no se exactamente en que fecha. Jaques lo recuerda, porque se lo contó su madre. De hecho yo he estado hace poco en el hotel y sí que consta como cliente. Marga, que era una enamorada de España y hablaba perfecto español, estaba encantada de tener a Alfonso XIII en su hotel.
La anécdota quizá es el enfado entre Marga y su esposo Pierre al día siguiente, cuando ya se ha ido el monarca porque parece ser que la queja de Pierre es que había sido demasiado amable con el monarca. Lo que Jaques me dijo es, “no se hasta que punto mamá fue amable o lo que pudo pasar aquella noche” entre ellos

Bueno, Marga era embaucadora así que no le costaría mucho.

Y sabiendo también que Alfonso XIII era bastante seductor, no es de extrañar que tuvieran un breve affaire nocturno.

En un momento de su vida, decide que sería la primera occidental en visitar la ciudad santa de La Meca. Para ello se casó con un musulmán, o mejor dicho, se compró un marido y se convirtió al Islam. Era una mujer que, si no conseguía lo que se proponía, al menos lo intentaba…

Todo lo que se proponía lo quería conseguir. En 1933 ella está un poco aburrida de la monótona vida de Palmira ya que no hay muchas distracciones. Entonces a ella se le mete en la cabeza ir a La Meca. ¿Por qué? Pues ella misma lo explica en su libro Le Mari – Passeport. Quería escribir un libro, hacerse famosa en Francia y si conseguía realmente su propósito, ganar mucho dinero con la venta de su libro y dando conferencias. Se convertiría en toda una celebridad en Francia. Eso es lo que ella intentaba, una notoriedad. Ella no quería ir a la Meca porque fuera una buena musulmana. Lo quería hacer para escribir un libro de viajes y hacerse famosa.

Ella mucho interés en la cultura islámica no tenía...

No. A diferencia de otras viajeras que se convierten al Islam, que se casan con beduinos y tienen otras razones. Ella se casa con un beduino para conseguir su propósito, no por amor, como por ejemplo Lady Jane Digby que se casó con un jeque beduino y fue una historia de amor bastante intensa. Pero no es el caso de Marga. Ella lo que hace es pagarle a un hombre para poder conseguir convertirse al Islam y así poder ir con él a La Meca. Pero no lo consigue.

Evidentemente, no se le permitió visitar la Meca y fue recluida en un Harén y después internada en una prisión. ¿No crees que hay que estar hecho de una pasta especial para sobrevivir a eso?

La vida allí fue muy difícil y es lo que más documentado está, porque en Le Mari – Passeport, lo que ella está contando son su aventuras en Arabia y lo que cuenta es su llegada a Yidda en 1933 en un barco de peregrinos. Es detenida, la llevan al harén de vicegobernador donde su reclusión es un poco elástica, porque entra y sale cuando quiere.
Mantiene un romance con el hijo del cónsul francés destinado en Yidda, un chico más joven que ella. Con él acude a darse baños en el mar y a tomar el sol. Cada noche vuelve al harén, muy bronceada y con arena en el pelo, ante la mirada atónita de las concubinas y esposas que no entienden nada. Además, Marga era posiblemente la primera occidental que veían en su vida.

Sin embargo, después en la prisión, su estancia no fue tan agradable…

Al morir su esposo Soleiman en extrañas circunstancias, es acusada de darle muerte y recluida en la cárcel. Ahí es donde vive el auténtico calvario. Quizá esa fue la situación más dura de la vida de Marga d’Andurain, el cautiverio en los calabozos de la prisión de Yidda donde estuvo a punto de volverse loca. Pero tras dos meses de reclusión, esta mujer demostró lo que era capaz de soportar.
Cuando digo que era una superviviente, es que era capaz de ingeniárselas para salir de los peores lugares y de las situaciones más terribles. Prueba de ello es que salió con vida de esa prisión gracias a la intervención del cónsul francés Roger Maigret. Cuando la observamos en las fotografías que le tomó su hijo en el hotel Carlton de Beirut, y es imposible decir que esta mujer había estado dos meses cautiva, pasando hambre y enferma.

Pero no sólo salió de la prisión, sino que además se defendió a sí misma en el juicio por el asesinato de su marido musulmán y fue declarada inocente.

Si, se defendió a sí misma y demostró su inocencia. Pero ella lo que no imaginaba es que iba a ser expulsada de Arabia y obligada además a abandonar oriente Próximo. Ese fue el gran castigo. Pare ella fue muy duro, porque después de esta experiencia tan traumática, poder pasar sólo cinco días en Beirut con exmarido y su hijo, que se quedaron al frente del negocio y ella tener que llegar a París en un exilio forzoso de un año donde no deja de proclamar su inocencia a los cuatro vientos. Pero finalmente, consigue que le den un pasaporte para poder reunirse con su familia

La muerte está siempre presente en la vida de Marga d’Andurain.

Si vida está rodeada de tragedia de drama y de misterio, que no vamos a desvelar, porque el lector tiene que descubrir al final lo que ocurre.

Murió asesinada, pero las causas de la muerte no quedaron muy claras y su cuerpo nunca fue hallado. ¿Había mucha gente a la que Marga molestaba?

Marga emprende un viaje descabellado a La Meca y paga unas consecuencias, no ella directamente, sino su familia. Su marido, Pierre d’Andurain muere brutalmente asesinado y posteriormente ella misma muere en misteriosas circunstancias en Tanger, en 1948 cuando sólo tenía cincuenta y cinco años. A todo esto hay que añadir la muerte de Sinclair, el jefe de la inteligencia británica en Haifa, que fue su primer amante, un sobrino suyo que muere en Paris y que antes de morir la acusa a ella de envenenarlo. Todas estas muertes, la prensa sensacionalista de la época se las impugna a ella. De ahí que la llamen la condesa de los veinte crímenes

¿No te viste tentada a novelar la vida de Marga, en vez de escribir la biografía?

La vida de Marga era tan de novela que me pareció que si se novela más, no sería creíble. Además, yo no soy novelista. Yo escribo biografías, que es el género que me fascina. De todos modos, todo lo que cuento sobre Marga d’Andurain es verídico, pero seguramente pasaron otras muchas más cosas que no sabemos, porque una espía no escribe sus memorias

¿Recorriste todos los lugares donde trascurrió su vida?

No, todos no. Recorrí, sobre todo Palmira y Damasco, lo que es el escenario en Siria, que era lo que más me interesaba porque es allí realmente donde empieza su aventura y sus problemas. No he estado en Yidda, no he estado en Arabia y no me hubiera sido fácil visitar los lugares donde ella estuvo, pero si que me he documentado para poder reflejar el ambiente de esos lugares durante los años treinta y cuarenta.
Este también es un libro de viajes que te traslada a ciudades legendarias

Se podría hacer incluso una ruta d’Andurain…

(Risas) Si, podría hacerse una ruta con los escenarios entre John LeCarré y Agatha Christie.

Su libro, Le marí – passeport, ¿podría volverse a editar?

Es un libro que hoy en día está descatalogado. Yo me he nutrido mucho de Le mari – passeport, porque sobre todo los capítulos dedicados a la vida en el harén y al cautiverio en Yidda, están fielmente reflejados, incluso los diálogos. Es un libro muy entretenido. Ojala ahora se animen y se recupere Le marí – passeport. Se publicó en 1947 y pasó sin pena ni gloria

Has escrito sobre mujeres aventureras y desmarcadas del tiempo en que vivieron. ¿Quién será la próxima protagonista?

Voy a seguir en esta línea, pero no se quién será la próxima, pero si que me interesa seguir escribiendo sobre mujeres viajeras y exploradoras. Y sobre todo estas mujeres malditas, aquellas que la sociedad ha dejado de lado por los escándalos que pesaron sobre ellas o por su dudosa moralidad.
Quizá Marga d’Andurain debiera estar al lado de personajes como La Bella Otero o Mata Hari o La Monja Alférez, porque a fin de cuentas también son aventureras. La Monja Alférez también mató, peleó y guerreó. Y Marga d’Andurain no era una santa pero protagonizó historias increíbles. Espero que a raíz de este libro, la historia recupere su nombre. Con sus luces y sus sombras.

Un placer, Cristina, y muchas gracias.

Gracias a ti.

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