lunes, 14 de julio de 2008

La décima sinfonía - Joseph Gelinek

Reseña publicada en www.ciberanika.com
Realizada por Celia Santos

LA DÉCIMA SINFONÍA
Autor: Joseph Gelinek
Editorial: Plaza & Janés
ISBN: 978-84-01-33674-4
Primera edición: Junio de 2008
Nº de páginas: 409



Una maldición persigue a todos los grandes compositores de la historia; ninguno de ellos ha conseguido completar una décima sinfonía. Casi doscientos años después un artista francés, Roland Thomas, dice haber compuesto la supuesta décima sinfonía de Beethoven a partir de los bocetos que el autor dejó escrito en sus cuadernos. Un experto musicólogo, Daniel Paniagua acude al estreno de dicha obra. Éste queda tan maravillado que sospecha que la música que acaba de escuchar no puede ser fruto sólo de unos cuantos apuntes. Algo tan sublime sólo puede haberlo compuesto el mismo Beethoven. ¿Y si la décima sinfonía existe de verdad? ¿Y si el maestro Beethoven consiguió finalizarla?

Un terrible asesinato, la búsqueda de la partitura que contiene la supuesta décima sinfonía y un amor prohibido de Beethoven, embarcarán al joven musicólogo en una aventura en la que la masonería, los códigos secretos y la magia de la música le llevarán a conocer un mundo en el que ninguno nos querríamos ver envueltos.

Opinión

Podríamos catalogar esta obra de thriller musical. Un asesinato, un musicólogo, y una partitura son los ejes de esta historia. A partir de los conocimientos del autor en materia de música clásica y en particular en Beethoven, su vida y su obra y sus amores, Joseph Gelinek nos regala una aventura donde el asesinato y la música van de la mano en lo que podríamos considerar una novela al uso; presentación, nudo y desenlace. Sin complicaciones ni florituras, Gelinek, aparte de regalarnos sus conocimientos musicales, nos ofrece una historia de misterio e intriga que, además de entretenernos nos deja conocer un poco más al gran Beethoven, ya no sólo como músico, sino también como persona.

El tono es sencillo sin ser pobre y el ritmo no decae. Con incursiones en la época en la que vivió el gran maestro, el autor ha sabido moverse sin ningún problema ni de ambientación ni histórico.
Los personajes están muy bien definidos, y sus personalidades bien marcadas. Es lo que podríamos llamar una novela correcta. ¿Pero qué es lo que le hace al autor publicar esta novela con un pseudónimo? ¿Quizá el miedo al fracaso? Es posible que, si la novela no gustase, él se sintiera herido en su ego pero su reputación quedaría impoluta. Pero la cosa no es así. La décima sinfonía está en los primeros puestos de ventas en España y ya se ha vendido a un montón de países, entre ellos Alemania e Italia. Tengo que decirle, señor Gelinek, que su novela no es peor que muchas de las que están en los estantes de las librerías cuyos autores de vanaglorian y se enorgullecen de ellas. Si ese es el motivo de su anonimato, ya puede usted ir saliendo del armario.


ENTREVISTA A JOSEPH GELINEK


Joseph Gelinek es el autor de la exitosa novela La décima sinfonía. En realidad es un pseudónimo elegido por el escritor, musicólogo y pianista español que ha preferido permanecer en el anonimato. Gelinek fue un músico que osó retar a Beethoven y que fue humillado por el maestro. Cuando pregunté a la editorial si había la posibilidad de una entrevista con el autor, no las tenían todas consigo, pero me facilitaron su dirección de correo electrónico. Una vez me hube puesto en contacto con él, me propuso una entrevista vía Messenger. Hasta ahora había hecho entrevistas por mail, por teléfono y en directo, pero esta es la primera que lo hago por este medio y la experiencia ha sido muy interesante.

El mercado editorial está inundado de thrillers y novelas de misterio pero en este momento la tuya es la única en la que la música y un compositor como Beethoven son los protagonistas. ¿Crees que este hecho marca de algún modo la diferencia?

Joseph Gelinek:No sé si estarás de acuerdo, pero en los thrillers la música suele ser importante, por lo menos en los que a mí me gustan. Me vienen a la memoria El silencio de los corderos (las Variaciones Goldberg, de J. S. Bach) o Christine, de Stephen King, (el rock and roll de los años 50) o Cadena Perpetua (Sull´aria, de Mozart)

Sí, recuerdo la música de esa película. Fantástica.

Joseph Gelinek:Entonces me dije ¿por qué no darle a la música TODO EL PROTAGONISMO?, convertirla en estrella absoluta, que no sea un simple acompañamiento ¿sabes? sino la estrella. Y de ahí surgió La décima sinfonía. Obviamente, me tuve que poner a pensar muy seriamente qué música y qué compositor.

¿Y por qué Beethoven?

Joseph Gelinek:Porque evidentemente quería conectar con el público y me pareció que Beethoven era el más conocido y como conocía (y admiraba) su música, me dije: voy a intentarlo. Escribir la primera novela es aterrador porque realmente no sabes si vas a poder acabarla. El 95% de la gente que empieza una novela NO LA ACABA. Ese es el porcentaje, más o menos, por lo tanto el desafío estaba en acabarla. Crear algo que tuviera un principio, un desarrollo y un final. Necesitaba un primer borrador completo. Cuando tuve eso, aunque sabía que estaba lleno de agujeros, me tranquilicé, aunque he decirte que a la editorial les vendí la novela con solo 100 páginas. Me dijeron que si las otras 300 eran como esas, me la compraban.

Eso es muy arriesgado, ¿no?

Joseph Gelinek:Sí, algo arriesgado, pero quería hacerlo así, meterme un poco de presión.

Como nadie sabe quien eres y has publicado con un pseudónimo... Yo te he identificado con Daniel Paniagua, el protagonista de la novela…

Joseph Gelinek:Bueno, claro, soy más musicólogo que policía. De hecho, he decirte que la investigación musicológica tenía tal peso en la novela que la criminal estaba descompensada. Y al fin y al cabo, se habían cargado a una persona.

Supongo que te documentaste bien en ese campo, ¿no?

Joseph Gelinek:Sí y eso lo tuve que modificar a instancias del Departamento de Edición de Plaza & Janés que es muy bueno.Te diré que en USA, todos los escritores trabajan con un "editor "y aquí se considera un desdoro, una mácula en tu expediente si un "editor" tiene que meter mano al libro, aunque es cierto que hay dos tipos de ediciones; aquellas en las que es el propio autor el que cambia lo que no procede, y esas otras en las que el autor es tan poco hábil, que es el propio editor el que le tiene que reescribir el libro. Yo me lo reescribí solito y había tajo, ¡eh! Desde luego.

Escribir un libro no es cualquier cosa, aunque mucha gente después tire por tierra meses, e incluso años de trabajo.

Joseph Gelinek:Hay que crear el mejor libro que seas capaz de escribir en ese momento con tus conocimientos actuales, no esforzarse en escribir el mejor libro de todos los tiempos.

Eso me ha gustado de tu libro...

Joseph Gelinek:Regálame un poco el oído, te escucho…

Que no intentas rizar el rizo, no pretendes sorprender con giros que, en ocasiones los autores no saben cómo salir de ellos. ¿Cuál era tu intención al escribir esta novela?

Joseph Gelinek:Quería crear una historia con varias tramas paralelas que convergiesen al final. Una historia lo más visual posible, a pesar de ser sonoro. Una historia que entrara dentro de lo que los yanquis llaman INFOTAINTMENT, mezcla de Information y Entertainment, es decir, que la historia no sea mera carpintería literaria, sino que hable de algo, como en Rising Sun, de Crichton, que te cuentan una investigación policiaca muy bien armada pero al mismo tiempo están pintándote "un gran fresco" de la penetración japonesa en USA. Y cierras Rising Sun y dices: “sé más ahora de los japoneses que antes y encima me he divertido”; si el lector puede decir: “sé más de Beethoven que antes y me lo he pasado bien”, entonces misión cumplida por mi parte, claro.
Ahora hay que vender y la cosa va muy bien en este sentido. Estamos en la lista de más vendidos, lo cual para la editorial, que ha hecho un despliegue impresionante es muy importante, y para mí no te quiero ni contar.

Eso desde luego. Con tu libro descubrimos a Beethoven, no sólo el músico sino también el hombre. Háblame ahora de los personajes... Bajo mi punto de vista, los personajes son los de una novela policiaca al uso; la juez, la pareja de policías, el experto en la materia, los sospechosos… Tengo que decir que me ha recordado, en ciertos momentos, a las novelas de Ágata Christie. Cuéntame un poco quienes son tus escritores de referencia.

Joseph Gelinek:Pues Crichton me apasiona, desde luego. ¿Sabías que es el creador de "Urgencias"? No, no lo sabía Joseph Gelinek:
Es un genio.
Stephen King es un gran escritor. A la gente le cuesta aceptar que un escritor de género pueda ser grande pero él lo es. No tiene nada que envidiar a Paul Auster o a Haruki Murakami o a cualquiera de los escritores no considerados de género

Bueno, será porque esos están de moda y King ya no.

Joseph Gelinek:También me gusta Henning Mankell y el verano pasado descubrí una novela fantástica: "Muerte de una heroína roja", de Qiu Xialong y pertenece al género que tanto me apasiona, el INFOTAINTMENT. Es un gran fresco de la China actual y una buena historia policiaca. Me fascina Conan Doyle, desde pequeño. Él se consideraba un "gran novelista" y le irritaba que Sherlock Holmes tuviera tanto éxito porque decía que eclipsaba sus "grandes novelas" históricas

Hay un par de capítulos que están ambientados en la época en la que vivió el maestro y en los que él es el protagonista ya que la historia así lo requería. ¿No te han dado ganas de quedarte en esa época? ¡Literariamente hablando, claro!

Joseph Gelinek:Entré muy inseguro en esa parte de la historia, porque lógicamente la vida era tan distinta entonces que es fácil patinar desde la sujeción de las mujeres al padre, que era brutal, hasta la importancia de un buen diagnóstico medico.

Ufffff, eso me impactó mucho. Una muerte muy trágica

Joseph Gelinek:Sí, muy Conandoylesca. Debo decir que en Sherlock siempre hay muertes espeluznantes.

Sí, son fantásticas

Joseph Gelinek:De hecho, ya había pensado falsificar una historia de Sherlock en la que el asesino lograba infectar con tétanos a su víctima. A la muerte de Conan Doyle, son legión los escritores que han seguido escribiendo historias de Sherlock, y yo me subí al carro, aunque no la he publicado.

Hablemos del maestro... ¿Tenía Beethoven sangre española o es sólo una leyenda?

Joseph Gelinek:Yo estoy convencido de que sí. De joven no le apodaban simplemente "el español", sino "el español negro". Imagínate si hay que ser oscuro de piel para que te pongan ese mote. Tenía que ser un “moreno de verde luna”, como Antoñito el Camborio.

Jajajajajaja

Joseph Gelinek:Bromas aparte, lo cierto es que hay una obsesión por el ritmo en Beethoven que no es normal en el clasicismo alemán y que puede que le venga, “ozú”, de sus antepasados españoles. La familia Beethoven era originaria de Flandes donde los españoles estuvimos mucho tiempo.

Eso lo explicaría ¿Y la amada inmortal? ¿Qué se sabe de ella?

Joseph Gelinek:La amada inmortal era una mujer casada llamada Antonia Brentano. Su marido era un mercader de vinos de Frankfurt el cual no debía de hacerle ni p... caso y se enamoró de Beethoven pero no tanto como para separarse del marido, y cuando éste dijo que se volvían a Frankfurt, porque vivían en Viena, a Beethoven se le partió el corazón. No solamente con respecto a esta novia en concreto, sino con respecto a la idea de casarse. Ahí dijo: “lo dejo por imposible, nunca me casaré, mi esposa es la música”.
Antonia Brentano es la Amada Inmortal más probable de las mujeres que le conocemos a Beethoven pero ¿y si hubiera habido OTRA MUJER de la que no habíamos oído hablar hasta ahora? Ese es el punto de partida de
La Décima Sinfonía.

Estoy segura de que la hubo.

Joseph Gelinek:Tuvo una amiga llamada Fanny del Río con la que no pasó "a mayores"

Eso no puede saberse, por mucho que conozcas su vida.

Joseph Gelinek:Eso es cierto. Oficialmente no pasó nada. Era española, hija del director del colegio al que Beethoven mandó a su sobrino Karl.

¿El que decían que podría ser su hijo, y no su sobrino?

Joseph Gelinek: Sí, ese mismo.

¿Qué pasaría si apareciese una supuesta partitura de la décima sinfonía de Beethoven?

Joseph Gelinek: Sería lo que se dice en la novela: el descubrimiento artístico más importante de los últimos decenios. Sería realmente revolucionario, como descubrir una Mona Lisa de Leonardo desnuda o algo así.

En un momento de la novela, el protagonista dice algo así como que cualquier compositor, al escuchar a otros autores, siempre se verá influenciado, impregnado de ellos, aunque no plagie y que en Beethoven, al ser sordo, las ideas salen puras. ¿Radicaba ahí su talento?

Joseph Gelinek: No, para nada, pero de alguna forma, el hecho de ser sordo, le hacía distanciarse de la parte pirotécnica de la música, la parte que se escribe “pour épater les bourgeois”, y que no necesariamente es la más profunda aunque sea la más vistosa.
El hecho de que Beethoven supiera por ejemplo que él no iba a tocar sus conciertos para piano le hacía concentrarse más en el desarrollo de las ideas que en la parte meramente instrumental, ya sabes, cascadas de arpegios, florituras mil que el intérprete compositor escribe SOLAMENTE para que la gente diga en el concierto: ¡qué difícil debe de ser tocar eso!

Ya, pero lo difícil será componerlo, ¿no?

Joseph Gelinek: No, lo difícil es tocarlo. No sabes lo increíblemente difícil que es tocar bien el piano; muy, muy difícil.

Bueno, simplemente creo que la gente que se dedica a la música es como de otro planeta, que están hechos de un material especial, no sé, ni siquiera puedo imaginarlo.

Joseph Gelinek: En cierta forma lo son, los muy buenos son de otro planeta porque tienen algo llamado oído absoluto que es la capacidad de oír sin referencias a ningún otro sonido.

¿Quién es el mejor, bajo tu punto de vista?

Joseph Gelinek: Ella Fitzgerald, por ejemplo o Frank Sinatra. No es algo privativo de la música clásica. Es como una red que tienen siempre que les permite arriesgarse en las improvisaciones, porque saben que dentro tienen una especie de GPS sonoro con el que no se van a perder nunca.
El otro día, en la Zarzuela, por ejemplo en un recital de lied, la cantante, que era una mezzo muy famosa, salió a dar la propina y empezó a cantar antes que el pianista hubiera tocado una sola nota, y cuando este se sumó, estaba perfectamente entonada. ¿Cómo se acuerda de dónde estaba el sol sostenido? No se acuerda, simplemente, lo sabe.

Debe ser fascinante

Joseph Gelinek: Pues sí, lo es. La música es magia y misterio, por eso creo que la combinación de música y thriller va bien.

Lo cierto es que a ti te ha funcionado

Joseph Gelinek: Sí, pero a otros también. El verano pasado leí una novela preciosa que se llamaba The Rainaldi Quartet, un thriller musical. Y aunque yo ya estaba de lleno metido en mi historia, de alguna forma me reafirmó en mi convicción de que la esencia misteriosa de la música te cambia el estado de ánimo en cuestión de segundos, o te puede hacer volver al pasado en un pis pas. “Tócala otra vez, Sam”. Le va muy bien al género policíaco.

La verdad es que la música es parte importante de nuestra vida, aunque a veces ni nos demos cuenta ¿Imaginas una película sin banda sonora?

Joseph Gelinek: No, la vida sin música no merecería la pena ser vivida, al menos en mi caso. La música nos eleva por encima de la miseria y la mezquindad, y sólo la música lo hace. Nos hace sentirnos nobles, desinteresados.

Hablas en el libro sobre el “efecto Mozart” que consiste en la mejora del razonamiento espacio temporal, algo estudiado por psicólogos y neuropsicólogos. Me parece algo muy interesante a la vez que curioso. ¿Tan grande es el poder y la influencia de la música?

Joseph Gelinek: Sí, es enorme, aunque he de decirte que los cambios cerebrales producidos por la música no son permanentes. Sólo durante un rato, como la poción mágica de Asterix.

Utilizas códigos secretos encriptadas en partituras. No todo el mundo tenemos formación musical y cuando vemos una partitura la miramos como la vaca mira al tren. ¿No crees que quizá esto haga un poco más difícil la lectura de la novela?

Joseph Gelinek: Sí, tal vez, pero era inevitable. Había que pedirle ese pequeño esfuerzo al lector.

Según dices, es tu primera novela. ¿Te has sentido cómodo escribiéndola?

Joseph Gelinek: Me he sentido de muchas maneras: excitado, acobardado, envalentonado, desesperado… es un proceso tan largo que hay tiempo para sentirse de todas las maneras posibles, y cuando entregué el borrador y me dijeron en la editorial que tenía que reescribir algunas partes para que la historia fuera más potente, pues me dije: ¿seré capaz de estar a la altura del criterio de profesionales que se ganan la vida corrigiendo y evaluando novelas de misterio? ¿Seré capaz? Can I? que diría un Obama inseguro Yes, you can! me dije. Y me puse a ello.

Y por lo visto has podido...

Joseph Gelinek: Es que el trabajo con los editores ha sido muy fácil porque no te hacen un planteamiento agresivo. O sea, no van con el lápiz rojo y ya está, sino que subdividen la novela por cuadrantes, por decirlo de alguna manera, y vas trabajando con ellos poco a poco y te van diciendo: “ahora mola, ahora mola”.

Supongo que eso ayuda bastante...

Joseph Gelinek: Sí, eso es esencial. Y luego, después de que sabes que has escrito la mejor historia que podías escribir con lo que sabes del oficio piensas; “y esto no es suficiente, ahora hace falta suerte”.
Mira, en París me compré
El exorcista, de William Peter Blatty la novela de endemoniados más famosa de la historia, todo un clásico. Pues en el prólogo, Blatty dice que sacó la novela y no pasó NADA, “Flop” que dicen ellos. Unas semanas más tarde, le llama su agente y le dice se ha puesto malo uno de los invitados del programa literario de más audiencia, y daba la puñetera casualidad de que Blatty estaba al lado del estudio de TV y podía plantarse allí en 10 minutos y además tuvo la SUERTE de que los otros dos invitados eran un muermo, por lo que se pudo pasar tres cuartos de hora hablando de endemoniados para una audiencia millonaria de televisión.

Esa fue la mejor publicidad

Joseph Gelinek: El día siguiente El exorcista volaba de los estantes. Suerte y además una novela cojonuda.

Me has comentado antes que te estás documentando para tu próxima novela ¿Puedes adelantarnos algo?

Joseph Gelinek: Sólo puedo decirte que va acerca de un instrumento maldito. Un objeto que da mala suerte.

¿Sigues con la novela de misterio, entonces?

Joseph Gelinek: Claro, para los que no somos Javier Marías solo nos queda la novela de género que es como el maquillaje que encubre nuestras deficiencias como escritores. De alguna forma, el género de misterio es tranquilizador para el lector. El libro es como un tren; sabes que parte del crimen y que la estación final es la resolución del mismo. En cambio esas historias que no sabes cuándo terminan, me ponen muy nervioso.

¿Volverá a escribirla Joseph Gelinek?

Joseph Gelinek: Será lo que diga Plaza & Janés pero en principio, sí.

¿Por qué el anonimato?

Joseph Gelinek: El anonimato es una propuesta de la editorial. Como de todas formas no se iba a vender por mi nombre, porque yo no soy nadie en la literatura... me dijeron; “se trata de una novela de misterio, pues vamos a darle aún más misterio creando una personalidad secreta”, y yo les dije: "y demos pistas a lo largo de la novela de quién puedo ser yo y que el lector lo adivine", aunque al final desechamos esa opción para no marear en exceso.
Lo más extraordinario es que se ha vendido a una decena de países antes de publicarse, entre ellos, Alemania, Italia… aunque se resiste Francia.

¿Te verás obligado a "salir del armario"?

Joseph Gelinek: Saldré si la editorial me dice que salga sino, viviré muy feliz dentro de él.

Pues muchas gracias, Joseph. Que tengas mucha suerte con tu novela.

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