martes, 5 de junio de 2007

DÍAS DE MENTA Y CANELA - CARMEN SANTOS



DÍAS DE MENTA Y CANELA
Carmen Santos
Plaza & Janes.
ISBN 84-01-38234-5
421 páginas.

Reseña realizada por Celia Santos

Clara es una mujer madura que tras años dedicada a su familia y a sus hijos, intenta trabajar como periodista.
Navegando por Internet lee una noticia que le llama la atención: En la nochebuena de 2003 un anciano emigrante español aparece muerto en un oscuro y sucio apartamento de Dusseldorf. Cuando la policía encuentra el cadáver, hallan una Biblia con un salmo subrayado y una vieja botella de Fundador sin abrir. Movida por la curiosidad y temiendo ser despedida por su jefe si no consigue un buen reportaje, decide investigar las circunstancias de la muerte.
Tras localizar a Héctor único hijo del anciano, quien nunca conoció a su padre, los dos deciden viajar a Alemania y e investigar el caso
Allí Clara y Héctor conocerán el secreto que envuelve la vida del anciano y se verán envueltos en una pasión que volverá sus vidas del revés.



Carmen Santos nación en Valencia y con tan sólo 4 años se trasladó con sus padres a Dusseldorf (Alemania). Tiene publicadas anteriormente dos novelas, “La vida en cuarto menguante”, Zócalo Editorial, marzo 2003 y “La cara oculta de la luna”, Debolsillo, septiembre 2004

El motivo principal que me llevó a leer esta novela fue que tocaba el tema de la inmigración. Pero de la que recibimos en la actualidad en nuestro país sino de aquella que muchos han olvidado. La de los miles de españoles que marcharon a Europa en los años sesenta en busca de una oportunidad.

Carmen Santos nos muestra cómo eran aquellas comunidades de españoles (y de otros países como Italia o Turquía) que vivían en el extranjero y de los impedimentos con que se encontraban a menudo. Pensando que no saldría de ese tema, por un momento temí que la historia me aburriese.

Pero conforme avanzaba en la novela, me vi metida en una intriga policial con un toque de novela negra. Esto a su vez envuelto en dos historias de amor (la pasada y la presente) que nos enseñas una vez más que el deseo y la pasión no tienen edad.
Con un lenguaje sencillo, sin cursilerías y la cantidad justa de humor, mantiene durante toda la novela el suspense necesario para no soltar el libro hasta el final.

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