TITULO: EL PLACER DE UNA DAMA.
AUTOR: Renee Bernard.
EDITORIAL: Pandora.
ISBN: 978-84-9800-416-8.
PÁGINAS: 254.
Reseña realizada por Angi Sansón.
Esta es la primera novela de la autora y fue galardonada con el premio Romantic Times, al mejor romance histórico del 2006. Posteriormente escribió la trilogía “Mistress” y “Madame´s Deception”.
La trama es sencilla de explicar: chica viuda, dócil y aburrida se propone conquistar chico, cambiando ella tanto su forma de ser que pasa de ser una “ratita” a ser una “gatita salvaje”. Y todo esto lo hace de mal rollo, como para vengarse, sin embargo, ah! se equivoca de chico y a quien conquista es al peor enemigo del primero, cuyo perfil es el de un hombre guapo, alto y adinerado.
Hasta aquí podríamos decir que hemos explicado someramente el contenido del libro, aunque éste iba con sorpresa incluida. En la página 15, cuando aún no has entrado plenamente en la trama, y de forma imprevista, me encuentro con una tórrida escena de sexo que me dejó sin habla. Iba preparada para frases como: “Ah, es usted un alma generosa y buena, querida dama” y no para frases calientes del estilo: “A continuación besó el miembro, extrayendo lentamente una perla de humedad color marfil de aquel extremo abultado y bebió de aquella substancia salada antes de abrir la boca para rodearlo”.
Cuando el libro llegó a mí, forré las tapas en un intento de que nadie pudiera ver qué era lo que leía. Como yo, sé que muchos hacen lo mismo, porque todavía hay un cierto pudor a significarse como lectora de novela romántica. Pero es que en este caso, si la lectura me cogía en un trayecto en transporte público, rezaba a todos los santos conocidos para que nadie se sentara a mi lado por miedo a que, queriendo o sin querer, pudiera posar sus ojos sobre alguna de las páginas y descubrir que mi lectura era caliente y morbosa.
La novela es una mezcla de romance y erotismo, lo que no sé es si el romance es sólo una excusa para llegar a las ardientes escenas de sexo o si éstas surgen como consecuencia de una entusiasta aventura pasional. De momento, dejaré el libro con las tapas forradas y lo guardaré en la biblioteca “privadísima” de mi habitación.
AUTOR: Renee Bernard.
EDITORIAL: Pandora.
ISBN: 978-84-9800-416-8.
PÁGINAS: 254.
Reseña realizada por Angi Sansón.
Esta es la primera novela de la autora y fue galardonada con el premio Romantic Times, al mejor romance histórico del 2006. Posteriormente escribió la trilogía “Mistress” y “Madame´s Deception”.
La trama es sencilla de explicar: chica viuda, dócil y aburrida se propone conquistar chico, cambiando ella tanto su forma de ser que pasa de ser una “ratita” a ser una “gatita salvaje”. Y todo esto lo hace de mal rollo, como para vengarse, sin embargo, ah! se equivoca de chico y a quien conquista es al peor enemigo del primero, cuyo perfil es el de un hombre guapo, alto y adinerado.
Hasta aquí podríamos decir que hemos explicado someramente el contenido del libro, aunque éste iba con sorpresa incluida. En la página 15, cuando aún no has entrado plenamente en la trama, y de forma imprevista, me encuentro con una tórrida escena de sexo que me dejó sin habla. Iba preparada para frases como: “Ah, es usted un alma generosa y buena, querida dama” y no para frases calientes del estilo: “A continuación besó el miembro, extrayendo lentamente una perla de humedad color marfil de aquel extremo abultado y bebió de aquella substancia salada antes de abrir la boca para rodearlo”.
Cuando el libro llegó a mí, forré las tapas en un intento de que nadie pudiera ver qué era lo que leía. Como yo, sé que muchos hacen lo mismo, porque todavía hay un cierto pudor a significarse como lectora de novela romántica. Pero es que en este caso, si la lectura me cogía en un trayecto en transporte público, rezaba a todos los santos conocidos para que nadie se sentara a mi lado por miedo a que, queriendo o sin querer, pudiera posar sus ojos sobre alguna de las páginas y descubrir que mi lectura era caliente y morbosa.
La novela es una mezcla de romance y erotismo, lo que no sé es si el romance es sólo una excusa para llegar a las ardientes escenas de sexo o si éstas surgen como consecuencia de una entusiasta aventura pasional. De momento, dejaré el libro con las tapas forradas y lo guardaré en la biblioteca “privadísima” de mi habitación.
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